altQuién es Jesús

Iglesia de Taipei, Taiwan.  (23 de Octubre 2002)


Pedro en representación de los doce discípulos de Jesucristo respondió: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

¡Aleluya! En el santo nombre de Jesús testifico en este lugar, Ayer mencionamos que lo más importante para el hombre en su existencia temporal sobre la tierra, es buscar al verdadero Dios.

Veamos detenidamente a la sociedad contemporánea de Taiwán, el número de dioses que la gente adora aquí sobrepasa las decenas. Cada religión tiene un objeto al que rinden culto de adoración.

Entre todos los dioses que son honrados por la gente, ¿habrá alguno que verdaderamente sea dios?

¿Ha hecho usted una investigación concienzuda al respecto? Y ¿Cuál es el origen de esos dioses y su trasfondo? Es incorrecto que lo valioso de una religión esté en el objeto que adoramos.

Lo valioso de una religión está en la clase de mensaje que el objeto de nuestra adoración nos trae.

Si ese mensaje corresponde con la naturaleza del hombre, y si es de acuerdo a los valores morales normales. Yo creo que esta es la clase de religión que buscamos, y estas son las preguntas que debemos considerar antes de entrar a una religión.

En el Cristianismo, el objeto de la adoración es Jesucristo, ¿Quién es Jesucristo?

Esta misma pregunta la hizo Jesús a muchas personas, cuando vino al mundo a compartir sus enseñanzas, por ejemplo, de acuerdo al contenido del texto en Mateo 16:13 en adelante, Jesús hizo una pregunta a sus discípulos, a los que previamente había enviado a predicar, ¿Quién es el Hijo del Hombre, según ellos?

Los discípulos de Jesús le respondieron: “Cuando fuimos a predicar tus enseñanzas, algunas personas decían que el Hijo del Hombre es Juan el Bautista”.

Juan bautizaba con agua, antecediendo y preparando el camino para Jesucristo. También otros discípulos decían: “Mucha gente dice que tú eres el profeta Elías, que ha regresado. Y otros dicen que eres uno de los profetas del Antiguo Testamento que ha vuelto.”

Jesucristo después de escucharlos, avanzó un poco más en sus preguntas, “Ahora, sin importar lo que ellos digan de mí, ustedes que han estado conmigo todo este tiempo,  ¿Quién dicen ustedes que soy yo?

En ese momento, Pedro en representación de los doce discípulos de Jesucristo respondió: “Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

 “Cristo” es la traducción al griego de una palabra, significa El Ungido, El Señor y Salvador del mundo”. Por lo que Pedro respondió a Jesús: “Tú eres el Salvador del mundo.

¿Es verdaderamente Jesucristo el Señor y Salvador del mundo?

¿Es verdaderamente Jesucristo el Salvador de nuestra alma?

¿Desde qué clase de perspectiva queremos entender que Jesucristo es el Salvador de nuestras almas?

Yo pienso que vamos a entender a Dios, Jesucristo, desde el punto de vista de las profecías.

Vamos todos a ver un texto de la Biblia,

Veamos 2da. Carta de Pedro, el capítulo 1, empezando por el verso 19:

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

 (20) entendiendo primero esto que ninguna profecía de la escritura es de interpretación privada,”

Aquí primero debemos comprender que es una profecía.

Lo que la gente entiende por profecía es algo que aún no acontece, y que se predice con claridad. No obstante, en el idioma de la Biblia, se le añade mucha seriedad a la definición de esta palabra.

En este pasaje de la Biblia se indica que las profecías son el efecto del mover del Espíritu de Dios, hablando en representación de Dios, aquellas cosas que Él quiere que la gente entienda.

Y ¿Qué clase de cosas son las que el verdadero Dios de los cielos quiere que entendamos?

Esto es que el Espíritu Santo movió a las personas, permitiéndoles hablar la palabra de Dios a través de ellos. También en este pasaje de la Biblia menciona que las profecías no son de interpretación particular o privada. Si son palabras expresadas por Dios absolutamente no pueden contener ideas de los hombres.

Lo segundo que queremos mencionar es en relación a dos características muy importantes de las profecías de Dios.

El versículo 19 comienza diciendo

“Tenemos también la palabra profética más segura…”

Los profetas son quienes representan la palabra de Dios, también son quienes reciben la inspiración por el Espíritu de Dios, y hablan en vez de Dios.

Aquí dice que los que hablaron las palabras de Dios, lo hicieron en forma de profecías muy claras, la primera característica de las profecías de Dios es la claridad y no pueden ser ambiguas o de diversas interpretaciones.

En Taiwán entre los objetos de veneración, están las deidades del Budismo Zen, pero ¿Cuáles son los orígenes de esos dioses?

Observemos la explicación que dan: durante la dinastía Sóng, habían tres amigos que deseaban ir a  examinarse a la ciudad capital de China. (En esa época la gente que vivía en las provincias y deseaba obtener un puesto en el gobierno, tenía que ir a la capital para examinarse, la costumbre era consultar a los adivinos para saber el futuro) Ninguno de los 3 amigos conocía la suerte o predicción, de quién aprobaría los exámenes.

Cuando estaban viajando apresuradamente, al lado del camino, encontraron a un hombre, era un monje Budista, que vivía conforme a las enseñanzas de su doctrina.

Los tres amigos muy devotamente le preguntaron al monje respecto al resultado de su viaje a la ciudad capital.

El monje quien al principio tenía los ojos cerrados, y la cabeza agachada, levantó la cabeza y abrió los ojos, sin pronunciar palabras, levantó la mano, con un dedo señalando hacía arriba. Los tres amigos afirmando con sus cabezas dijeron: “entendemos”.

Ahora, les pregunto, si usted fuera uno de los tres amigos, ¿Cuál hubiera sido su pensamiento?

La primera forma de pensar es que los tres iban a aprobar los exámenes.

La segunda es que uno de los tres no iba a pasar los exámenes.

La tercera, es que solamente uno de los tres aprobaría los exámenes.

Y finalmente la cuarta opción, es que ninguno de ellos pasaría los exámenes.

Con una indicación de la cabeza, podía lograr el entender.

Ahora, les pregunto: ¿aparte de estas cuatro posibles situaciones para estos tres amigos, existirá alguna más?

Absolutamente no había más posibilidades.

Si el resultado del examen es que solamente uno aprueba, quién lo logra, piensa en su corazón que la predicción del monje de que solamente uno pasaría el examen fue verdaderamente exacta.

Como en esta clase de respuestas ambiguas, y de variadas posibilidades, no son las que Dios da. Cuando se trata de una profecía de Dios, no dice que a lo mejor esto también podría pasar, o aquello otro quizá también sea posible.

El segundo aspecto de las profecías, es que debemos de prestarles atención, pero ¿durante cuánto tiempo debemos prestarles atención?

Hasta que la profecía se cumpla o se realice en el transcurso de nuestra vida. Por lo que de esto sabemos que el segundo requisito de una verdadera profecía es que el tiempo la probará.

Por ejemplo, si yo le dijera que en un momento alguien le va a golpear, es algo que acontecerá en el futuro, pero yo no mencioné el tiempo, aunque es algo que pasará en el futuro, no es una profecía.

La razón es que en mi poder está el manipular el factor tiempo, por lo que esto no cuenta como profecía.

Por lo tanto, lo mejor es que las profecías sean dichas por un individuo pero que su cumplimiento no esté limitado al tiempo de vida de quien las dijo. Tiene que transcurrir un periodo de tiempo, en que son puestas a prueba, luego se cumplen en el tiempo de vida de los seres humanos, cuando es así, se cuentan como profecías de Dios.

Ahora, entendamos al Salvador de nuestras almas, Jesucristo, desde el punto de vista de las profecías que usa la Biblia. Examinemos minuciosamente quién es realmente Jesús.

Por favor veamos el evangelio de Mateo capítulo 1, verso 18:

“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.

(19) José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

(20) Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

(21) Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados.

(22) Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor, por medio del profeta, cuando dijo:

(23) “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”.

En este pasaje de la Escritura se registra el proceso del nacimiento de Jesucristo. En este pasaje también se puede ver muy claramente que el nacimiento de Jesucristo es de acuerdo con lo dicho anticipadamente por los profetas de Dios.

Para empezar, hablemos sobre el primer tema, Jesucristo vino a este mundo de una forma que no era la común. La Biblia deja constancia de que había una mujer que no había sido desposada aún, una virgen que quedaría embarazada.

¿A través de qué profeta el Dios de los cielos, el verdadero Dios, expresó ese pasaje de la Escritura?

En caso le interese, puede ver el Libro de Isaías, capítulo 7 verso 14.

Aquí, Dios a través del profeta Isaías habló una profecía que se cumpliría en el futuro.

Aquí en esta escritura, nuestro Dios en los cielos dice que habrá una mujer virgen, o que no había convivido con su marido, y que quedaría embarazada y daría a luz un hijo. Y el nombre por el que la gente le conocería es “Emanuel”.

El Dios a quien adoramos es el creador de todo, el mundo que habitamos existe porque Él lo creo. Nosotros, la humanidad, existimos por causa de que el Todopoderoso Dios nos creó.

Por tanto el Dios de los cielos tiene poder absoluto en el mundo de los hombres.

Ayer mencioné que el hombre en muchas ocasiones no tiene poder para elegir.

Pero, el Dios de los cielos, dado que es el Dios de la humanidad, tiene bajo su control la historia del hombre, y por eso, en la historia, Él tiene autoridad absoluta, para absolutamente  elegir.

Aquí, hemos visto que el Dios de los cielos dice que en el futuro Él vendría a nacer en esta tierra y la manera en que vendría, nos iba a parecer una forma imposible. Una mujer virgen que sin conocer hombre alguno quedaría embarazada y daría a luz un hijo.

Estas frases se basan en lo dicho por el profeta Isaías. Debemos conocer que el Libro de Isaías fue escrito unos 800 años antes del nacimiento de Jesucristo. Para nosotros la distancia en el tiempo es de un poco más de hace 2800 años la fecha en que Dios a través del profeta Isaías anuncio la profecía.

En esa época la biología como ciencia no estaba tan desarrollada, y por ello, en un tiempo así, se anunció que habría un nacimiento de esa forma, por lo que con plena seguridad la gente lo consideraba como algo imposible.

O quizá la gente que vivía en ese tiempo, asumió que el profeta tendría problemas mentales, pero transcurridos 800 años, la profecía pasó la prueba del tiempo, y cuando el Dios de los cielos vino a nacer a este mundo, Él, adicionalmente reveló esto a otro de sus siervos, Mateo.

Por eso en el Evangelio de Mateo, él tuvo cuidado de escribir la revelación donde se cita la profecía dada por el profeta en el Antiguo Testamento.

Debemos comprender que la época de estos dos autores dista 800 años, el trasfondo cultural, los conceptos sobre el nacimiento eran totalmente diferentes. Claro que también la profesión de cada uno de ellos era diferente.

La profesión de Mateo era lo que en el mundo actual es un empleado de recaudación fiscal. Isaías en su época,  era un alto oficial durante la dinastía de varios reyes de Israel.

Así que sus conceptos de vida, el trasfondo de la misma, el trasfondo de la época, tienen una gran diferencia. Pero ambos dieron testimonio del mismo hecho, aunque había 800 años de distancia entre ellos.

Esta forma de nacimiento, es hasta nuestros días algo inigualable, nadie más ha nacido de esa manera.

Podemos comprender aquí, que las circunstancias en que nació Jesucristo comparado a las nuestras son diferentes. Porque Él nació como resultado del mover del Espíritu Santo a través de una mujer virgen, que no había conocido varón,  dando a luz un ser que no tenía pecado, Dios hecho carne.

Nosotros en comparación, después del matrimonio, cuando los esposos han tenido relaciones sexuales, se concibe y se da a luz, por lo que el estado en que nacemos es diferente.

Correctamente es porque su nacimiento fue sin pecado. Solo de esa manera podía él estar calificado para sustituir al hombre y llevar los pecados de la humanidad.

El primer punto a entender es la forma del nacimiento de Jesucristo es una forma de profecía. Es un hecho sin comparación, absolutamente no existe una segunda persona que viniera a nacer de la misma forma.

El segundo punto a entender es, que en este fragmento del texto vemos la profecía de Isaías, que en el futuro Dios vendría a nacer en este mundo y que sería llamado: “Emanuel”.

Habiendo visto hasta aquí alguien podría decir que la Biblia produce contradicciones. ¿Acaso ustedes cuando presentan a Dios, no le llaman Jesús?

En el verso 21 los ángeles revelan a sus padres terrenales que al niño deberán darle el nombre de Jesús. Entonces, ¿Por qué en la época del Antiguo Testamento el profeta de Dios, cuando revela la profecía dijo que su nombre sería llamado Emanuel?

Podemos decir, cada uno de nosotros que vivimos en este mundo carecemos de la potestad de elegir un nombre por nosotros mismos, antes de nacer. Nuestros nombres son dados por nuestros padres, nuestros abuelos o antepasados ya han elegido por nosotros.

Entre cada uno de los presentes, ¿habrá alguien que antes de haber nacido, haya informado a sus padres el nombre que quería tener?

Definitivamente no existe tal cosa.

Conforme al anhelo de nuestros padres, sin importar si nos gustaría o no, o si estábamos de acuerdo o no, de cualquier forma, así como ellos nos pusieron, así nos llamamos.

Por ejemplo, cuando yo estudié la escuela primaria, había un compañero de clase que se llamaba “Luo Ya-Zou” y cada vez que alguien llamaba su nombre, él se molestaba mucho. La razón es que su nombre suena muy parecido a la palabra “cucaracha” pronunciado en taiwanés. Al final era el nombre que sus padres le dieron, así que no había solución para eso.

En la iglesia de la Puerta del Sur hay un hermano que se apellida “Kan”, el decidió llamar a su hijo “Kan Gu-lí”. Ciertamente el nombre que escogió no tiene nada de negativo, pero cada vez que el maestro llama su nombre, el niño se enoja mucho, lo que sucede, es que este nombre suena muy parecido a la palabra que significa “retrasado mental” en japonés, para esta situación tampoco hay salida, puesto que de sus padres recibió ese nombre.

Mencionándolo otra vez, a cada uno de nosotros, los nombres nos han sido dados por otros, no tenemos la calidad de ir y elegir, no tenemos la potestad para ir y hacer esa decisión.

Pero el primer aspecto que diremos es que sabemos que Dios eligió su propio nombre.

800 años antes del tiempo en que vendría a nacer a este mundo, él dijo: “Mi nombre es Emanuel”

Cuando el tiempo de venir a nacer en este mundo se acercaba, primero él envió a los ángeles para avisar a sus padres terrenales que su nombre era Jesús.

No hay contradicción entre el nombre de Jesús y Emanuel.

Ayer incluso me reuní con Diacono Xü (3執事) y con Diacono Xiao (1執事) en la habitación pastoral, para tratar el tema del problema de las traducciones.

El Nuevo Testamento fue escrito en idioma griego, por lo que la palabra “Jesús” es el sonido de la pronunciación en griego,

¿Pero qué significado tiene esa palabra?

El significado de la palabra “Jesús” es:

“Dios vino a este mundo para estar con nosotros, estando nosotros en la maldad del pecado el vino para sacarnos a su salvación.”

La palabra “Emanuel” es la pronunciación en hebreo. El Antiguo Testamento de la Biblia, por haber sido escrito en otra época, utiliza un idioma diferente del griego.

Entonces, el Antiguo Testamento de la Biblia fue escrito en hebreo. La palabra Emanuel es la pronunciación en hebreo, y lo que significa está escrito claramente en la Biblia.

El versículo 23 menciona que el significado de “Emanuel” es: “Dios con nosotros”.

En el mundo existen tantos diferentes grupos étnicos, queriendo expresar el mismo significado, pero utilizan sonidos diferentes, propios de cada grupo.

Por ejemplo, en español decimos “gracias”, en idioma taiwanés se dice “duo-xia”, pero cuando se traduce del taiwanés al mandarín se pronuncian “duo-xie”, aunque se escribe igual, la pronunciación es diferente.

En Indonesia para decir gracias se dice: “Terima-Kasih”, pero si esta misma palabra se traduce al mandarín, el significado es: “regañarte hasta morir”. Aunque originalmente la palabra significa “gracias” al traducirse el equivalente a las letras usadas en ambos idiomas, al final el significado cambia totalmente.

Cuando se escribe el sonido que usan los coreanos para decir gracias, usando caracteres chinos, y luego los lee alguien que no conoce nada de idioma coreano, entonces leería las palabras: “Caña y azúcar- Melón”

Se nota que al escribir los sonidos en chino, ahora representan una idea escrita diferente, pero lo que se quiso decir, “gracias” sigue siendo el mismo significado, aunque se pronuncie distinto.

Por lo tanto, la palabra “Jesús” es el sonido pronunciado en griego, mientras que “Emanuel” es el sonido pronunciado en hebreo, el significado de ambos términos es exactamente igual. Ambas palabras se refieren a lo mismo, que el Dios de los cielos vendría a nacer a este mundo y estaría con nosotros, después nos sacaría de la maldad del pecado a su salvación. 

Lo que hemos hablado hasta ahora es el segundo punto, que Dios sabiendo que vendría a nacer en este mundo, decidió el nombre por el que sería conocido.

La mayoría de personas no tenemos la cualidad ni el poder, mucho menos la capacidad  para realizar algo así.

Conversemos sobre el tercer punto, miremos El Evangelio de Mateo capítulo 2 del verso 1 al 6.

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos sabios (algunas versiones traducen magos),

(2) diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

(3) Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

(4) Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

(5) Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

(6) “Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.”

En este pasaje de la Escritura se registran los detalles del nacimiento de Jesús, en el tiempo en que iba a nacer, el territorio de Judá fue asignado al Rey Herodes, esa época era del dominio del Imperio Romano, y el Israel de la actualidad estaba en ese tiempo bajo la administración del Rey Herodes.

Cuando Jesús iba a nacer en la tierra, podemos ver en el texto que leímos que dice: un rey iba a nacer en el mundo.

Cuando el asignado Rey Herodes lo escuchó, se perturbó, porque había alguien que vendría a quitarle su trono.

Por eso el Rey Herodes convocó a los principales sacerdotes, y los escribas, los entendidos en las Escrituras, y les preguntó acerca de ese Rey, el Ungido de Dios, el salvador del alma del hombre, ¿en dónde iba a nacer?

La respuesta fue definitiva, verso 5 y 6 lo detallan: “Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: (6) Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel”

Aquí el testimonio escrito dice que los escribas, y entendidos en las escrituras respondieron de forma definitiva diciendo al Rey Herodes que sería en Belén de Judá el lugar donde nacería el Mesías o Ungido de Dios. Ellos lo dedujeron así, pues Dios lo había anunciado previamente por sus profetas.

El verso 6, está la confirmación de la profecía dada en el Antiguo Testamento en el Libro de Miqueas capítulo 5 versículo 2.

El Libro de Miqueas es la revelación que Dios dio unos 750 años antes que Jesucristo naciera, la revelación del profeta Miqueas anunció lo dicho por Dios.

Después transcurrieron 750 años, basado en el lugar que él había escogido para nacer, así aconteció.

Ayer pregunté en qué lugar querríamos nosotros estar, en qué país, en qué familia nos gustaría nacer, en todas estas cosas no tenemos la cualidad para poder elegir.

Cuando usted es americano, entonces simplemente es americano, si usted es africano, pues africano es, en esto no tenemos potestad en absoluto.

Pero, el verdadero Dios del cielo, Él puede elegir en que tiempo nacer, en qué país, y en qué dirección.

Nacido uno en Taiwán, cuando viaja al extranjero, en ocasiones puede percibir como que careciera de una identidad reconocida como nación.

Un pastor taiwanés nos compartió su experiencia. Él viajó hasta Hong Kong para pasar de allí a la provincia de Shenzheng, en China Continental. Al partir de Taiwán usó el pasaporte de la República de China en Taiwán, y cuando estaba a punto de ingresar a través del puesto de control migratorio chino, debía llenar un formulario de ingreso, luego guardó su pasaporte en la bolsa pues pensó que ya no lo utilizaría.

En el formulario le preguntaban de que nacionalidad era, el Pastor pensó dentro de sí, que siendo su pasaporte taiwanés debía escribir República de China en Taiwán, no se le ocurrió que cuando el formulario pasara por las manos de migración, le regañarían terriblemente.

El oficial de migración le dijo: “¿Cómo que República de China?, ¿República de qué?, (lo que sucedió por escribir tan rápido que el carácter chino que significa República, no era legible, además la misma palabra tiene un contraste con la palabra perro.)   ¡Usted es un perro!” fue lo que le dijo el oficial.

Fue un momento humillante, en ese instante pensó que no tenía dignidad el ser taiwanés. Otros podrían vernos y compararnos con los perros. Sin otra salida, el Pastor tuvo que re-escribir en la parte de nacionalidad: “Taiwán provincia de China Continental”. Solo así lo dejaron pasar. (El conflicto es que el Gobierno de China Continental al igual que algunos países, no reconocen a Taiwán como un país soberano e independiente)

Cuando el pastor nos contó esta historia yo me acorde de otra situación.

Yo tuve la experiencia de visitar Israel, partiendo del aeropuerto del Cairo en Egipto siguiendo el viaje en autobús hasta llegar a Israel.

En el avión pude observar a muchas personas del Medio-Oriente, algunos llevaban sombreros blancos en sus cabezas, distintivo de su denominación musulmana, otros vestían con sandalias de paja, ellos iban en vuelo de conexión de Dubái y por eso debían pasar por allí.

En el aeropuerto del Cairo había que hacer cola para salir por migración, pude ver que los oficiales ni siquiera levantaban la cabeza para ver a la gente, luego de comprobar que los pasaportes tuvieran la visa simplemente seguían, los oficiales de migración fácilmente dejaban  pasar a la gente.

Los de mi grupo hicimos cola en la primera fila y yo estaba de primero, la gente que iba delante de mí, los de apariencia no muy atractiva, con sandalias de paja, ellos ya habían pasado sin problemas. Así que tome mi pasaporte taiwanés y pasé, cuando el oficial miró el pasaporte inmediatamente levantó la cabeza y dijo: “¡Guau! Taiwán es un país muy rico” entonces tomó mi pasaporte y lo llevó a una pequeña habitación, porque quería cobrar el impuesto, en ese momento me sentía muy orgulloso de mi país y al mismo tiempo no tenía otra opción. Pensé que no estaba nada mal ser un ciudadano de Taiwán. Así les pasa a los países ricos, no hay otra opción sino el pagar. Habiendo nacido en este país, la gente quería aprovechar la oportunidad de recibir el dinero simplemente.

Pero de qué sirve tener el dinero, cuando alguna gente menosprecia a nuestro país.

Al llegar a Cairo todavía tenía que pagar impuestos, todo eso era algo ya establecido, nosotros no tenemos potestad para elegir eso.

El Dios de los cielos tiene el poder absoluto para elegir. Él eligió en dónde nacer y allí nació.

Si tomamos en cuenta el testimonio del Evangelio de Lucas capítulo 2 versículo 1 originalmente los padres de Jesús no vivían en Belén. Aunque efectivamente ese lugar es parte de la nación israelita, ellos eran de Galilea y vivían en Nazaret.

En el tiempo que Jesús nació, Augusto César Emperador romano cambió al gobernador de Siria, nombrando a Cirenio, de todo esto se guarda un registro fiel en la Biblia.

Como nuevo oficial a cargo, lo primero que hizo fue realizar un censo, queriendo saber el tamaño de la población bajo su cargo, por lo que ordenó que todos debían volver a sus lugares de origen para empadronarse.

En ese tiempo, los padres terrenales de Jesús, por causa del decreto, desde Nazaret regresaron a Belén de Judá, cuando iban de camino en Belén, estando en una posada, Jesús nació en un pesebre, pues no había lugar adentro de la posada.

Aunque Jesucristo nació en Belén, el lugar donde creció fue Nazaret, por lo que fue llamado Jesús nazareno.

Si en ese tiempo no se da el decreto oficial, Jesús posiblemente no hubiera nacido en Belén, y entonces no fuera necesario creer en la Biblia, pues Dios habría mentido, y la profecía no se habría cumplido.

Pero aunque la profecía fue dada por Dios, Dios tomo la iniciativa de acuerdo al tiempo adecuado.

Cuando llegó el tiempo elegido para su nacimiento en un lugar que está en el Medio Oriente, Israel, en Belén.

Hoy nosotros conocemos al Dios de los cielos que vino a nacer, conociéndolo desde la perspectiva humana, Él es un hombre del Medio-Oriente, si Jesús hubiera elegido como lugar de nacimiento a Taiwán, entonces Él Dios que conocemos hoy fuera taiwanés. Claro que si hubiera determinado nacer en un país de África, entonces sería africano.

Por lo que no podemos decir que Jesús es el Dios que adoran los extranjeros, y que los taiwaneses tienen sus propios dioses taiwaneses, esta manera de hablar es incorrecta. 

Hablemos sobre la cuarta profecía, por favor veamos el Libro de Isaías capítulo 53.

En esta profecía Dios menciona que en el futuro, Dios vendría a nacer tomando forma de cuerpo de carne y hueso.

Isaías 53: del 4 al 6, dice:

“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

(5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

(6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”

Prestemos especial atención a estos versos, el punto primordial es que antes que Dios viniera a este mundo, anunció claramente lo que habría de hacer.

Diciéndolo de forma sencilla, ¿Cuál era el propósito de Jesús al venir a nacer a este mundo?

Él llevaría nuestros pecados, transformándose en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,

El verso 6 menciona que somos semejantes a ovejas que se han descarriado del camino, pero Dios quiere poner el pecado nuestro sobre el cuerpo de Jesús, sustituyéndonos en llevar nuestro pecado, esto es lo que Dios anunció 800 años antes como su objetivo para venir a nacer.

Todos nosotros hemos experimentado la niñez, yo recuerdo que de pequeño en la escuela me hicieron escribir un texto llamado “Lo que quiero ser en la vida”,

Quizás entre los presentes haya varios que tuvieron la misma experiencia, tener que escribir sobre lo que queríamos hacer al llegar a ser adultos. El maestro leía la composición de cada uno en voz alta. Descubríamos así que las aspiraciones de cada uno eran muy ambiciosas. Algunos querían llegar a ser presidente la nación, otros querían ser científicos, doctores, abogados, entre esas composiciones había una que llamó mucho la atención del maestro, era de un compañero que decía que al crecer se convertiría en recogedor de basura, o sea recolectar desechos y busca cosas para reciclar. El maestro dijo al compañero: “¿Cómo puedes ser una persona sin ambiciones en la vida? Tienes que aspirar a algo mejor”,

El maestro preguntó al niño por qué quería ser un recogedor de basura, el compañero respondió que en su casa se dedicaban a la agricultura, trabajaban en el campo todos los días y después de las clases tenía que ayudar a llevar los desperdicios de comida al campo de siembra, para preparar abono orgánico, y todos los días le tocaba hacer lo mismo, por lo que pensaba que al crecer tendría que continuar así, no había otra opción para cuando creciera. El maestro lo regañó diciéndole que era un mediocre. Pero a tan corta edad como se puede decir que sea una persona sin ambiciones.

Ahora, este mi compañero de estudios abrió una panadería, gerente de su propio negocio, cuando quiero comprar pan me voy a buscarlo, él me da descuento, él es muy feliz y yo también.

Nosotros incluso no logramos hacer realidad lo que escribimos de pequeños, pero el Dios de los cielos, Jesucristo, con 800 años de anticipación lo dijo “Yo seré el cordero que quita el pecado del mundo”. Plenamente hablando, Él nos sustituiría en la muerte. No vino a que le sirviéramos, vino para reinar sobre nosotros.

En el Evangelio de Juan capítulo 1 versículo 29, cuando el profeta enviado para preparar el camino para Jesús, Juan el Bautista, le vio por primera vez ¿Qué fue lo que dijo? El expresó: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”,

Jesucristo, Dios, ya había dicho el propósito de su venida, sustituirnos en la muerte, morir por nuestros pecados, llevar sobre sí nuestro pecado, de acuerdo a su profecía, el vino a este mundo ciertamente para ser clavado y morir en una cruz.

Punto # 5. La muerte de Jesucristo era algo ya determinado de antemano.

Leamos Isaías capítulo 53 versículo 9:

“Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”

En esta profecía, Jesucristo, Dios hecho carne, al sustituirnos en la muerte, se cumplían dos aspectos de la profecía.

El primer aspecto, se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores.

Conforme al testimonio de la Biblia,  cuando Jesús fue clavado en la cruz, a ambos lados estaban dos ladrones, eran criminales, gente malvada. Jesucristo no tenía pecado, pero por nosotros fue puesto junto con los malvados siendo condenado a ser clavado en la cruz.

El segundo aspecto, cuando murió, fue sepultado en el sepulcro de los ricos. ¿Verdaderamente Jesucristo fue sepultado entre los ricos?

Leamos en Evangelio de Mateo capítulo 27 verso 57: “cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús…”

Cuando llegó el momento para que Jesucristo fuera sepultado, José de Arimatea apareció, la Biblia especialmente da testimonio que era un hombre rico, Dios inspiró al profeta Isaías para anunciarlo en la profecía,  y Mateo dejó testimonio de esto, a través del registro en su relato de lo acontecido. Jesucristo fue sepultado en la tumba de un hombre rico. 

Claro que después de pasados 3 días, conforme a lo que anunció en sus enseñanzas, Él resucitó y ascendió a los cielos.

Desde el inicio lo hemos venido diciendo, la forma en que Dios vendría a este mundo fue establecida por Él mismo, un hecho sin paralelo, naciendo de una virgen que nunca había conocido varón.

El nombre que usaría Dios al venir a este mundo, fue anunciado con 800 años de anticipación.

Dios puede elegir en qué país vendría a nacer.

Dios anunció que el objetivo de su labor  era el sustituirnos en la muerte. Anunció: “En el futuro cuando sea clavado en la cruz, mi cuerpo será sepultado en el sepulcro de los ricos.”

Todo esto fue determinado 800 años antes de venir a nacer en este mundo.

Cuando pasó la prueba del tiempo, cuando Dios determinó que el tiempo se había cumplido, entonces vino.

Conforme a sus profecías anunciadas, todo se cumplió en nuestro mundo actual.

Desde el inicio de la historia humana, sobre los cielos, y debajo de las aguas, escudriñando en la historia de cada uno, ¿habrá alguien que se asemeje a Jesucristo?

En la Universidad de Harvard en Estados Unidos, un especialista en Estadística hizo un estudio. 

Primero respecto a las profecías dichas, el que se cumplan en el futuro de un ser humano, como las expresadas respecto a Jesucristo, realmente ¿Cuál es la probabilidad de que en este mundo pueda esto acontecer?

Él explicó después de hacer el cálculo estadístico, que la probabilidad es de 0. Seguido de 17 ceros, luego al final un número 1, de probabilidades que algo así pueda acontecer.

Pero al expresarlo así, todos perciben que no es entendible, ¿Qué significan estos números?

El profesor prosiguió explicando, dijo que si cambiáramos esta cifra por monedas de centavo, y entre todas ellas, habría una con una marca, luego las dejaríamos caer sobre un área del tamaño del estado de Texas en Estados Unidos, las monedas sobre el terreno llegarían a una altura de 60 cm, en todo el Estado de Texas. Si las mismas monedas se dejaran caer desde el aire sobre una ciudad como Taipéi, en Taiwán, estas superarían sobre el terreno el metro de altura, la cantidad de monedas es 1 seguido de 17 ceros, entre todas esas monedas solamente existiría UNA qué tendría una marca especial. Habría que poner a alguien con los ojos cubiertos y permitirle buscar al azar, luego deberá recoger una sola moneda, la probabilidad que esta persona elija la moneda con la marca especial, es la misma probabilidad que acontezcan los eventos predichos en la profecía anunciada para la vida de Jesucristo.

Por eso dije, que en toda la historia humana, sobre los cielos, y debajo de los mares, escudriñando en la historia de cada uno, usted puede investigarlo. Únicamente Jesucristo experimento el 100% del cumplimiento de la profecía, y solamente Jesucristo vino a nacer de esa forma.

¿Verdaderamente, quién es Él?

Suponiendo que no fuera el Dios del cielo, naciendo en este mundo en forma de carne ¿entonces quién sería Él?

Por ultimo veamos el Evangelio de Juan capítulo 1 versículo 1, el 14, y la segunda parte del 17:

“(1) En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

(14) Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre) lleno de gracia y de verdad.

(17)…pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo”

La Biblia claramente deja constancia de la revelación que Dios otorgó a la humanidad.

“En el principio” se refiere a que todavía el mundo ha no había sido creado.

Antes que todos los seres vivos fueran creados, el Dios Todopoderoso Existía. Luego Dios tomando la forma de carne, vino a morar entre nosotros, trayéndonos la salvación de nuestras vidas, trayéndonos misericordia para nuestras vida diaria, trayéndonos la verdad que nos permite entrar a la salvación de Dios.

¿Cuál es el Nombre de Dios?

El verso 17 dice que el nombre de Dios es Jesús. Esto es el Cristianismo, el objeto de nuestra adoración en la Verdadera Iglesia de Jesús. ¿Acaso no es Él, Dios?

¿Acaso a quién usted ahora adora es Dios? Investíguelo de forma minuciosa, y luego haga su decisión en base a su conclusión.

Que las multitudes sobre la tierra puedan santificar el Santo Nombre de Jesucristo. Amén.